e-Curso: SAGRADO CORAZÓN, SÍMBOLO DEL AMOR DE CRISTO

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SAGRADO CORAZÓN
SÍMBOLO DEL AMOR DE CRISTO

Sagrado Corazón de Jesús
Oleo de Sebastián Gallés y Pujat S.J. (1812-1900)

MEDITACIONES Y ORACIONES DEL
BEATO JUAN PABLO II

(en el siglo Karol Wojtyla - Sumo Pontífice)

Querido (a) Suscriptor/a de El Camino de María

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Bienvenido(a)/s al e-Curso con textos extraídos de la extensa Catequesis del Beato Juan Pablo II que lleva por título SAGRADO CORAZÓN: SÍMBOLO DEL AMOR DE CRISTO, que hemos redactado y diseñado durante el MES DE MARÍA 2006.

Este e-Curso contiene los textos catequéticos sobre cada una de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús .

Cada uno de los capítulos lo puede leer y/o imprimir desde la siguiente dirección de nuestro sitio JuanPabloMagno.org

http://www.juanpablomagno.org/SagradoCorazon/

En dicha dirección sírvase hacer doble-click en cada uno de los títulos, y de inmediato accederá al contenido de cada capítulo.

Por ejemplo si Usted hace doble-click en Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre
se abrirá una nueva pantalla en su computadora en la cual podrá acceder al texto de la Catequesis sobre dicha letanía. Y lo mismo con cada una de las letanias.

El Beato Papa Juan Pablo II resumía con las siguientes palabras las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús durante la meditación antes del rezo del Ángelus del 27 de junio de 1982

"...Las letanías del Corazón de Jesús se inspiran abundantemente en las fuentes bíblicas y, al mismo tiempo, reflejan las experiencias más profundas de los corazones humanos. Son, a la vez, oración de veneración y de diálogo auténtico. Hablamos en ellas del corazón y, al mismo tiempo, dejamos a los corazones hablar con este único Corazón, que es "Fuente de vida y de santidad" . Del Corazón que es "Paciente y lleno de Misericordia" y "Generoso para todos los que le invocan...".

MEDITACIONES DE CADA LETANÍA
(Haga doble click en cada Letanía)

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de María
Corazón de Jesús, Unido sustancialmente al Verbo de Dios
Corazón de Jesús, de Majestad Infinita
Corazón de Jesús, Templo Santo de Dios
Corazón de Jesús, Horno Ardiente de Caridad
Corazón de Jesús, Santuario de Justicia y de Amor.
Corazón de Jesús, Lleno de Bondad y de Amor
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes
Corazón de Jesús, Dignísimo de toda alabanza
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones
Corazón de Jesús, en Quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría
Corazón de Jesús, en Quien reside toda la plenitud de la Divinidad
Corazón de Jesús, en Quien el Padre halló sus complacencias
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido
Corazón de Jesús, Deseo de los eternos collados
Corazón de Jesús, Paciente y de mucha Misericordia
Corazón de Jesús, Generoso para todos los que te invocan
Corazón de Jesús, Fuente de vida y santidad
Corazón de Jesús, Propiciación por nuestros pecados
Corazón de Jesús, Saciado de oprobios
Corazón de Jesús, Despedazado por nuestros pecados

 

"...La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús -expresaba Juan Pablo II en la Audiencia General del miércoles 8 de junio de 1994- es una fiesta litúrgica que irradia una peculiar tonalidad espiritual sobre todo el mes de junio. Es importante que en los fieles siga viva la sensibilidad ante el mensaje que brota de esta Solemnidad: en el Corazón de Cristo el Amor de Dios salió al encuentro de la humanidad entera."  

 

"...El Corazón de Cristo es la sede universal de la comunión con Dios Padre, es la sede del Espíritu Santo. Para conocer a Dios, es preciso conocer a Jesús y vivir en sintonía con Su Corazón, amando, como Él, a Dios y al prójimo..."

 
El Sagrado Corazón y Santa Margarita Maria
Iglesia del Gesù Nuovo, Nápoles.

"...La devoción al Sagrado Corazón, tal como se desarrolló en la Europa de hace dos siglos, -continuó el Papa- bajo el impulso de las experiencias místicas de Santa Margarita María Alacoque (1673) fue la respuesta al rigorismo jansenista, que había acabado por desconocer la infinita Misericordia de Dios. Hoy la devoción al Corazón de Jesús le ofrece a la humanidad una propuesta de auténtica y armoniosa plenitud en la perspectiva de la esperanza que no defrauda..."
"...Hace más o menos un siglo, un conocido pensador denunció la muerte de Dios. Pues bien, precisamente del Corazón del Hijo de Dios, muerto en la Cruz, ha brotado la fuente perenne de la vida que da esperanza a todo hombre. Del Corazón de Cristo crucificado nace la nueva humanidad, redimida del pecado. Hoy el hombre tiene necesidad del Corazón de Cristo para conocer a Dios y para conocerse a sí mismo; tiene necesidad de Él para construir la civilización del amor..."

"...Os invito amadísimos hermanos y hermanas -concluía Juan Pablo II- a mirar con confianza al Sagrado Corazón de Jesús y a repetir a menudo, sobre todo durante este mes de junio: ¡Sacratísimo Corazón de Jesús, en Ti confío!

Comenzamos este e-Curso con el texto de la Catequesis de Juan Pablo II de la Audiencia General del Miércoles 20 de junio de 1979: EL MISTERIO DEL CORAZÓN DE CRISTO


EL MISTERIO DEL CORAZÓN DE CRISTO

Audiencia General. Miércoles 20 de junio de 1979

¡Queridos Hermanos y Hermanas!

1. El próximo viernes 22 de junio, la liturgia de la Iglesia se concentra, con una adoración y un amor especial, en torno al misterio del Corazón de Cristo. Quiero, pues, ya hoy, anticipando este día y esta fiesta, dirigir junto con vosotros la mirada de nuestros corazones sobre el misterio de ese Corazón. Él me ha hablado desde mi juventud. Cada año vuelvo a este misterio en el ritmo litúrgico del tiempo de la Iglesia.

Es sabido que el mes de junio está consagrado especialmente al Sagrado Corazón de Jesús. Le expresamos nuestro amor y nuestra adoración mediante las letanías que hablan con profundidad particular de sus contenidos teológicos en cada una de sus invocaciones.

Por esto quiero detenerme con vosotros ante este Corazón, al que se dirige la Iglesia como comunidad de corazones humanos. Quiero hablar, siquiera brevemente de este misterio tan humano, en el que con tanta sencillez y a la vez con profundidad y fuerza se ha revelado Dios.

2. Hoy dejamos hablar a los textos de la liturgia del viernes, comenzando por la lectura del Evangelio según Juan. El Evangelista refiere un hecho con la precisión del testigo ocular. "Los judíos, como era el día de la Parasceve, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el día de sábado, por ser día grande aquel sábado, rogaron a Pilato que les rompiesen las piernas y los quitasen. Vinieron, pues, los soldados y rompieron las piernas al primero y al otro que estaba crucificado con Él; pero llegando a Jesús, como le vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre y agua" (Jn 19, 31-34).

El Evangelista habla solamente del golpe con la lanza en el costado, del que salió sangre y agua. El lenguaje de la descripción es casi médico, anatómico. La lanza del soldado hirió ciertamente el Corazón, para comprobar si el Condenado ya estaba muerto. Este Corazón -este corazón humano- ha dejado de latir. Jesús ha dejado de vivir. Pero, al mismo tiempo, esta apertura anatómica del Corazón de Cristo, después de la muerte -a pesar de toda la "crudeza" histórica del texto- nos induce a pensar incluso a nivel de metáfora. El corazón no es sólo un órgano que condiciona la vitalidad biológica del hombre. El corazón es un símbolo. Habla de todo el hombre interior. Habla de la interioridad espiritual del hombre. Y la tradición entrevió rápidamente este sentido de la descripción de Juan. Por lo demás, en cierto sentido, el mismo Evangelista ha inducido a esto cuando, refiriéndose al testimonio del testigo ocular, que era él mismo, ha hecho referencia, a la vez, a esta frase de la Escritura: "Mirarán al que traspasaron" (Jn 19, 37; Zac 12, 10).

En realidad así mira la Iglesia; así mira la humanidad. Y de hecho, en la transfixión de la lanza del soldado todas las generaciones de cristianos han aprendido y aprenden a leer el misterio del Corazón del Hombre crucificado, que era el Hijo de Dios.

3. Es diversa la medida del conocimiento que de este misterio han adquirido muchos discípulos y discípulas del Corazón de Cristo, en el curso de los siglos. Uno de los protagonistas en este campo fue ciertamente Pablo de Tarso, convertido de perseguidor en Apóstol. También nos habla él en la liturgia del próximo viernes con las palabras de la Carta a los efesios. Habla como el hombre que ha recibido una gracia grande, porque se le ha concedido "anunciar a los gentiles la insondable riqueza de Cristo e iluminar a todos acerca de la dispensación del misterio oculto desde los siglos en Dios, Creador de todas las cosas" (Ef 3, 8-9).

Esa "riqueza de Cristo" es, al mismo tiempo, el "designio eterno de salvación" de Dios que el Espíritu Santo dirige al "hombre interior", para que así "Cristo habite por la fe en nuestros corazones" (Ef 3, 16-17). Y cuando Cristo, con la fuerza del Espíritu, habite por la fe en nuestros corazones humanos, entonces estaremos en disposición "de comprender con nuestro espíritu humano" (es decir, precisamente con este "corazón") "cuál es la anchura, la longura, la altura y la profundidad, y conocer la Caridad de Cristo, que supera toda ciencia..." (Ef 3, 18-19).

Para conocer con el corazón, con cada corazón humano, fue abierto, al final de la vida terrestre, el Corazón divino del Condenado y Crucificado en el Calvario.

Es diversa la medida de este conocimiento por parte de los corazones humanos. Ante la fuerza de las palabras de Pablo, cada uno de nosotros pregúntese a sí mismo sobre la medida del propio corazón. "...Aquietaremos nuestros corazones ante Él, porque si nuestro corazón nos arguye, mejor que nuestro corazón es Dios, que todo lo conoce" (1 Jn 3, 19-20). El Corazón del Hombre-Dios no juzga a los corazones humanos. El Corazón llama. El Corazón "invita". Para esto fue abierto con la lanza del soldado.

4. El misterio del Corazón, se abre a través de las heridas del cuerpo; se abre el gran misterio de la piedad, se abren las entrañas de Misericordia de nuestro Dios (San Bernardo, Sermón 61, 4; PL 183, 1072).

Cristo dice en la liturgia del viernes: "Aprended de Mí, que Soy manso y humilde de corazón" (Mt 11, 29).

Quizá una sola vez el Señor Jesús nos ha llamado con sus palabras al propio corazón. Y ha puesto de relieve este único rasgo: "mansedumbre y humildad". Como si quisiera decir que sólo por este camino quiere conquistar al hombre; que quiere ser el Rey de los corazones mediante la "mansedumbre y la humildad". Todo el misterio de Su reinado está expresado en estas palabras. La "mansedumbre y la humildad". encubren, en cierto sentido, toda la "riqueza" del Corazón del Redentor, sobre la que escribió San Pablo a los efesios. Pero también esa "mansedumbre y humildad" lo desvelan plenamente; y nos permiten conocerlo y aceptarlo mejor; lo hacen objeto de suprema admiración.

Las hermosas letanías del Sagrado Corazón de Jesús están compuestas por muchas palabras semejantes, más aún, por las exclamaciones de admiración ante la riqueza del Corazón de Cristo. Meditémoslas con atención cada día.

5. Así, al final de este fundamental ciclo litúrgico de la Iglesia, que comenzó con el primer domingo de Adviento, y ha pasado por el tiempo de Navidad, luego por el de la Cuaresma, de la Resurrección hasta Pentecostés, Domingo de la Santísima Trinidad y Corpus Christi, se presenta discretamente la fiesta del Corazón divino, del Sagrado Corazón de Jesús. Todo este ciclo se encierra definitivamente en el Corazón del Dios-Hombre. De Él también irradia cada año toda la vida de la Iglesia.


Pidamos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús que nos ayude a conservar en nuestro corazón y a comprender con nuestra inteligencia, las meditaciones de cada una de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús.

ACUÉRDATE

Nuestra Señora del Sagrado Corazón
de las maravillas que Dios hizo en Tí.

Te escogió como Madre de Su Hijo
a quien seguiste hasta la Cruz.
Te glorificó con Él,
escuchando con agrado
tus plegarias por todos los hombres.

Llenos de confianza en el Amor del Señor
y en Tu intercesión,
venimos Contigo a las fuentes de Su Corazón,
de donde brotan para la vida del mundo
la esperanza y el perdón, la fidelidad y la salvación.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
Tú conoces nuestras necesidades:
habla al Señor por nosotros
y por todos los hombres.

Ayúdanos a vivir en Su Amor.
Para eso alcánzanos las gracias
que te pedimos y las que necesitamos.
Tu petición de Madre es poderosa:
que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.

Marisa y Eduardo


ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES

POR INTERCESIÓN DEL BEATO JUAN PABLO II

Oh Trinidad Santa, Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Beato Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.

Padrenuestro. Avemaría. Gloria.


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