e-Curso:
SAGRADO CORAZÓN, SÍMBOLO DEL AMOR DE CRISTO
Capítulo 19 |
CORAZÓN DE JESÚS FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
Ángelus,
10 de agosto de 1986
¡Queridos
Hermanos y Hermanas!
1. Recordemos
cuando Jesús se acercó a la pequeña ciudad de Samaria, llamada Sicar, donde se
encontraba una fuente que se remontaba a los tiempos del Patriarca Jacob. En
aquel lugar encontró a una samaritana, que se acercaba para sacar agua de la
fuente. El le dice: "Dame de beber". La mujer responde:
"¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, mujer samaritana?".
Entonces Jesús replicó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que
te dice: Dame de beber, tú le pedirías a É, y Él te daría a ti agua viva".
Y continuó: "El agua que Yo te dé se hará en ti fuente que salte
hasta la vida eterna" (cf. Jn 4,5-14). ¡Fuente! ¡Fuente de vida y de
santidad!
2.En otra
ocasión, en el último día de la fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, Jesús
-como escribe también el Evangelista Juan- gritó diciendo: "Si alguno
tiene sed, venga a Mi y beba. El que cree en Mí, según dice la Escritura, ríos
de agua viva correrán de su seno". El Evangelista añade: "Esto dijo
del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en Él" (Jn 7,37-39).
3. Todos deseamos acercarnos a
esta fuente de agua viva. Todos deseamos beber del Corazón divino, que es
fuente de vida y de santidad.
En Él nos ha sido dado el Espíritu Santo, que se da constantemente a todos
aquellos que con adoración y amor se acercan a Cristo, a Su Corazón.
Acercarse a la fuente quiere decir alcanzar el principio. No hay en el mundo
creado otro lugar del cual pueda brotar la santidad para la vida humana,
fuera de este Corazón, que ha amado tanto. "Ríos de agua viva" han manado de
tantos corazones... y ¡manan todavía! De ello dan testimonio los Santos de
todos los tiempos.
4.Te
pedimos, Madre de Cristo, que seas nuestra Guía al Corazón de Tu Hijo. Te
pedimos que nos acerques a Él y nos enseñes a vivir en intimidad con este
Corazón, que es fuente de vida y de santidad.
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ACTO DE
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Papa
Pío XII
¡Oh Reina
del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del
género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante
vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar
misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa
en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los
que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de
vuestro maternal Corazón.
A Vos, a
vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos,
no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de
vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de
tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo
dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de
odio, víctima de sus propias iniquidades.
Que os
conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores,
tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos,
de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos
cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas
torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse
eternamente.
Vos, oh
Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante
todo, las gracias que pueden convertir en un momento los
humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y
aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al
mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en
la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la
paz de las armas y la paz de las almas, para que en la
tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.
Conceded
vuestra protección a los no creyentes y a cuantos yacen aún en
las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille
para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros
ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas
y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Dad la
paz a los pueblos separados por el error o la discordia y haced
que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero
Pastor.
Obtened
paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened
el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles
el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del
celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el
pueblo de los que sirven a Dios.
Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro
Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que,
puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y
prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre
nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre
a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y
patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las
gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen
bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la
tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de
reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden
hallar la Verdad, la Vida y la Paz.
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Ángeles adorando el Sagrado Corazón de Jesús
Vicente López Portaña. Óleo sobre lienzo (1795)
La Madre de la Luz
Recogiendo los corazones para su Hijo
ACUÉRDATE
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón
de las maravillas que Dios hizo en Tí.
Te escogió como Madre de Su Hijo
a quien seguiste hasta la Cruz.
Te glorificó con Él,
escuchando con agrado
tus plegarias por todos los hombres.
Llenos de confianza en el Amor del Señor
y en Tu intercesión,
venimos Contigo a las fuentes de Su Corazón,
de donde brotan para la vida del mundo
la esperanza y el perdón,
la fidelidad y la salvación.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón,
Tú conoces nuestras necesidades:
habla al Señor por nosotros
y por todos los hombres.
Ayúdanos a vivir en Su Amor.
Para eso alcánzanos las gracias
que te pedimos y las que necesitamos.
Tu petición de Madre es poderosa:
que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.
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ORACIÓN
PARA IMPLORAR FAVORES
POR
INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS EL PAPA JUAN PABLO II
Oh Trinidad Santa,
te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al
Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la
ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del
Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en
la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús
Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana
ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que
imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus
santos.
Padrenuestro. Avemaría. Gloria.
Con aprobación eclesiástica
CARD. CAMILLO RUINI
Vicario General de Su Santidad
para la Diócesis de Roma
Se ruega a quienes obtengan gracias por
intercesión del Siervo de Dios Juan Pablo II, las comuniquen al Postulador
de la Causa, Monseñor Slawomir Oder. Vicariato di Roma. Piazza San Giovanni
in Laterano 6/A 00184 ROMA . También puede enviar su testimonio por correo
electrónico a la siguiente dirección:
postulazione.giovannipaoloii@vicariatusurbis.org
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