CORAZÓN DE JESÚS ABISMO DE TODAS LAS VIRTUDES
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
Ángelus,
21de julio de 1985
¡Queridos
Hermanos y Hermanas!
Bajo el Corazón
de la Madre fue concebido el Hombre. El Hijo de Dios fue concebido como Hombre.
Para venerar el momento de esta Concepción, es decir, el misterio de la
Encarnación, nos unimos en la plegaria del Ángelus. Bajo la luz del momento
de la Concepción, bajo la luz del misterio de la Encarnación miramos toda la
vida de Jesús, nacido de María. Siguiendo las invocaciones de las Letanías,
tratamos de describir en cierto sentido esta vida desde el interior: a través
del Corazón.
2. En el corazón
reside la profundidad del hombre. Y, en todo caso, indica la medida de esa
profundidad, tanto en la experiencia interior de cada uno de nosotros, como en
la comunicación interhumana. La profundidad de Jesucristo, indicada con la
medida de su Corazón, es incomparable. Supera la profundidad de cualquier otro
hombre, porque no es solamente humana, sino al mismo tiempo divina.
3. Esta
divina-humana profundidad del Corazón de Jesús es la profundidad de las
virtudes: de todas las virtudes. Como un verdadero hombre Jesús expresa el
lenguaje interior de su Corazón mediante las virtudes. En efecto,
analizando su conducta se pueden descubrir e identificar todas estas virtudes,
como históricamente emergen del conocimiento de la moral humana: las virtudes
cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) y las otras que derivan
de ellas. (Estas virtudes las han poseído en grado elevado los santos siempre
con la gracia divina)
4. La invocación
de las Letanías habla de forma muy bella de un "abismo" de las
virtudes de Jesús. Este abismo, esta profundidad, significa un grado especial
de la perfección de cada una de las virtudes y su poder particular. Esta
profundidad y poder de cada una de las virtudes proviene del amor. Cuanto más
enraizadas están en el amor todas las virtudes, tanto mayor es su profundidad.
Hay que añadir
que, además del amor, también la humildad decide la profundidad de las
virtudes, Jesús dijo:
"Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt
11,29).
5. Al recitar el
Ángelus, recemos a María para que nos acerque cada vez más al Corazón de Su
Hijo; para que nos ayude a aprender de Él, sus propias virtudes.
BREVE HISTORIA DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Directorio sobre la Piedad Popular y la
Liturgia, año 2002)
La Edad
Media fue una época especialmente fecunda para el
desarrollo de la devoción al Corazón del Salvador.
Hombres insignes por su doctrina y santidad, como san
Bernardo (+1153), san Buenaventura (+1274), y místicos
como santa Lutgarda (+1246), santa Matilde de
Magdeburgo (+1282), las santas hermanas Matilde (+1299)
y Gertrudis (+1302) del monasterio de Helfta, Ludolfo
de Sajonia (+1378), santa Catalina de Siena (+1380),
profundizaron en el misterio del Corazón de Cristo,
en el que veían el "refugio" donde acogerse, la Sede de
la Misericordia, el lugar del encuentro con Él, la
Fuente del Amor infinito del Señor, la Fuente de la
cual brota el agua del Espíritu, la verdadera tierra
prometida y el verdadero paraíso. (N.169)
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Ángeles adorando el Sagrado Corazón de Jesús
Vicente López Portaña. Óleo sobre lienzo (1795)