VIA CRUCIS EN EL COLISEO
VIERNES SANTO 2005

MEDITACIONES Y ORACIONES
DEL CARDENAL JOSEPH RATZINGER

BENEDICTO XVI

SUMO PONTÍFICE

VÍA CRUCIS ESCUELA VENECIANA – S. XVIII
CATEDRAL PADUA

SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la Cruz a cuestas

PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte

SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la Cruz a cuestas

TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez

CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre

QUINTA ESTACIÓN
El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz

SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga el Rostro de Jesús

SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez

DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras

UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz

DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz

DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre

DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el Sepulcro


SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la Cruz a cuestas


V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

V /. Te adoramos Cristo y te bendecimos.
R /. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

La escena forma parte del retablo en la pequeña capilla de la Condena y muestra a Jesús que después de ser condenado por Pilato carga con la cruz.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 27-31

Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!». Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

MEDITACIÓN

Jesús, condenado por declararse rey, es escarnecido, pero precisamente en la burla emerge cruelmente la verdad. ¡Cuántas veces los signos de poder ostentados por los potentes de este mundo son un insulto a la verdad, a la justicia y a la dignidad del hombre! Cuántas veces sus ceremonias y sus palabras grandilocuentes, en realidad, no son más que mentiras pomposas, una caricatura de la tarea a la que se deben por su oficio, el de ponerse al servicio del bien. Jesús, precisamente por ser escarnecido y llevar la corona del sufrimiento, es el verdadero rey. Su cetro es la justicia (Sal 44, 7). El precio de la justicia es el sufrimiento en este mundo: Él, el verdadero Rey, no reina por medio de la violencia, sino a través del amor que sufre por nosotros y con nosotros. Lleva sobre sí la Cruz, nuestra cruz, el peso de ser hombres, el peso del mundo. Así es como nos precede y nos muestra cómo encontrar el camino para la vida eterna.

La segunda estación esta recordada en la parte externa de la capilla de la Condena, al lado derecho de la Vía Dolorosa y frente a la escuela musulmana del Omariye

ORACIÓN

Señor, te has dejado escarnecer y ultrajar. Ayúdanos a no unirnos a los que se burlan de quienes sufren o son débiles. Ayúdanos a reconocer tu rostro en los humillados y marginados. Ayúdanos a no desanimarnos ante las burlas del mundo cuando se ridiculiza la obediencia a tu voluntad. Tú has llevado la Cruz y nos has invitado a seguirte por ese camino (Mt 10, 38). Danos fuerza para aceptar la cruz, sin rechazarla; para no lamentarnos ni dejar que nuestros corazones se abatan ante las dificultades de la vida. Anímanos a recorrer el camino del amor y, aceptando sus exigencias, alcanzar la verdadera alegría.

Todos:

Pater noster, qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.

Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem
pertransivit gladius.


ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES

POR INTERCESIÓN DEL BEATO JUAN PABLO II

Oh Trinidad Santa, te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.

Padrenuestro. Avemaría. Gloria.


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