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MEDITACIONES
Y ORACIONES
DEL CARDENAL JOSEPH RATZINGER
SUMO
PONTÍFICE
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VÍA
CRUCIS ESCUELA VENECIANA – S. XVIII
CATEDRAL PADUA
DECIMOTERCERA
ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz
y entregado a su Madre
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DECIMOTERCERA
ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz y
entregado a su Madre
V /. Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.
V /. Te adoramos Cristo y
te bendecimos.
R /. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
"La Piedad" de Bouguerau
(1876)
Lectura del Evangelio según San Mateo 27,
54-55
El centurión y sus hombres, que
custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados:
«Realmente éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que miraban
desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle.
MEDITACIÓN
Jesús está
muerto, de su Corazón traspasado por la lanza del soldado romano mana sangre y
agua: misteriosa imagen del caudal de los sacramentos, del Bautismo y de la
Eucaristía, de los cuales, por la fuerza del Corazón traspasado del Señor,
renace siempre la Iglesia. A Él no le quiebran las piernas como a los otros
dos crucificados; así se manifiesta como el verdadero cordero pascual, al cual
no se le debe quebrantar ningún hueso (cf Ex 12, 46). Y ahora que ha soportado
todo, se ve que, a pesar de toda la turbación del corazón, a pesar del poder
del odio y de la ruindad, Él no está solo. Están los fieles. Al pie de la Cruz estaba María, su Madre, la hermana de su Madre, María, María Magdalena
y el discípulo que Él amaba. Llega también un hombre rico, José de Arimatea:
el rico logra pasar por el ojo de la aguja, porque Dios le da la gracia.
Entierra a Jesús en su tumba aún sin estrenar, en un jardín: donde Jesús es
enterrado, el cementerio se transforma en un vergel, el jardín del que había
sido expulsado Adán cuando se alejó de la plenitud de la vida, de su Creador.
El Sepulcro en el jardín manifiesta que el dominio de la muerte está a punto
de terminar. Y llega también un miembro del Sanedrín, Nicodemo, al que Jesús
había anunciado el misterio del renacer por el agua y el Espíritu. También
en el sanedrín, que había decidido su muerte, hay alguien que cree, que
conoce y reconoce a Jesús después de su muerte. En la hora del gran luto, de
la gran oscuridad y de la desesperación, surge misteriosamente la luz de la
esperanza. El Dios escondido permanece siempre como Dios vivo y cercano. También
en la noche de la muerte, el Señor muerto sigue siendo nuestro Señor y
Salvador. La Iglesia de Jesucristo, su nueva familia, comienza a formarse.
Esta imagen de Nuestra Señora de los Dolores, de madera
policromada del Siglo XVI se halla en un pequeño altar junto al Calvario.
ORACIÓN
Señor, has
bajado hasta la oscuridad de la muerte. Pero tu cuerpo es recibido por manos
piadosas y envuelto en una sábana limpia (Mt 27, 59). La fe no ha muerto del
todo, el sol no se ha puesto totalmente. Cuántas veces parece que estés
durmiendo. Qué fácil es que nosotros, los hombres, nos alejemos y nos digamos
a nosotros mismos: Dios ha muerto. Haz que en la hora de la oscuridad
reconozcamos que tú estás presente. No nos dejes solos cuando nos aceche el
desánimo. Y ayúdanos a no dejarte solo. Danos una fidelidad que resista en el
extravío y un amor que te acoja en el momento de tu necesidad más extrema,
como tu Madre, que te arropa de nuevo en su seno. Ayúdanos, ayuda a los pobres
y a los ricos, a los sencillos y a los sabios, para poder ver por encima de los
miedos y prejuicios, y te ofrezcamos nuestros talentos, nuestro corazón,
nuestro tiempo, preparando así el jardín en el cual puede tener lugar la
resurrección.
Todos:
Pater noster,
qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Vidit suum
dulcem Natum
morientem, desolatum,
cum emisit spiritum.
ORACIÓN
PARA IMPLORAR FAVORES
POR
INTERCESIÓN DEL JUAN PABLO II
Oh Trinidad Santa,
te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al
Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la
ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del
Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en
la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús
Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana
ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que
imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus
santos.
Padrenuestro. Avemaría. Gloria. |
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