DÉCIMA
ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras
V /. Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.
V /. Te adoramos
Cristo y te bendecimos.
R /. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

El "Ecce Homo" según Caravaggio
Lectura del Evangelio según San
Mateo 27, 33 -36
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota
(que quiere decir «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel;
él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron
su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo.
MEDITACIÓN
Jesús es despojado de sus
vestiduras. El vestido confiere al hombre una posición social; indica su lugar
en la sociedad, le hace ser alguien. Ser desnudado en público significa que
Jesús no es nadie, no es más que un marginado, despreciado por todos. El
momento de despojarlo nos recuerda también la expulsión del paraíso: ha
desaparecido en el hombre el esplendor de Dios y ahora se encuentra en mundo
desnudo y al descubierto, y se avergüenza. Jesús asume una vez más la
situación del hombre caído. Jesús despojado nos recuerda que todos nosotros
hemos perdido la «primera vestidura» y, por tanto, el esplendor de Dios. Al
pie de la Cruz los soldados echan a suerte sus míseras pertenencias, sus
vestidos. Los evangelistas lo relatan con palabras tomadas del Salmo 21, 19 y
nos indican así lo que Jesús dirá a los discípulos de Emaús: todo se
cumplió «según las Escrituras». Nada es pura coincidencia, todo lo que
sucede está dicho en la Palabra de Dios, confirmado por su designio divino. El
Señor experimenta todas las fases y grados de la perdición de los hombres, y
cada uno de ellos, no obstante su amargura, son un paso de la Redención: así
devuelve Él a casa la oveja perdida. Recordemos también que Juan precisa el
objeto del sorteo: la túnica de Jesús, «tejida de una pieza de arriba abajo»
(Jn 19, 23). Podemos considerarlo una referencia a la vestidura del sumo
sacerdote, que era «de una sola pieza», sin costuras (Flavio Josefo, Ant. jud.,
III, 161). Éste, el Crucificado, es de hecho el verdadero Sumo Sacerdote.

Entrada a la Basílica del Santo
Sepulcro. Una escalera junto a esta puerta nos lleva hasta la Capilla del
Calvario, donde se recuerdan las estaciones X, XI y XII del Via Crucis.
ORACIÓN
Señor Jesús, has sido despojado
de tus vestiduras, expuesto a la deshonra, expulsado de la sociedad. Te has
cargado de la deshonra de Adán, sanándolo. Te has cargado con los
sufrimientos y necesidades de los pobres, aquellos que están excluidos del
mundo. Pero es exactamente así como cumples la palabra de los profetas. Es así
como das significado a lo que aparece privado de significado. Es así como nos
haces reconocer que tu Padre te tiene en sus manos, a Ti, a nosotros y al mundo.
Concédenos un profundo respeto hacia el hombre en todas las fases de su
existencia y en todas las situaciones en las cuales lo encontramos. Danos el
traje de la luz de tu gracia.
Todos:
Pater noster, qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Fac ut ardeat cor meum
in amando Christum Deum,
ut sibi complaceam.