Catequesis sobre DIOS PADRE
por el Siervo de Dios
JUAN PABLO II

(en el siglo Karol Wojtyla)
Sumo Pontífice

 

PATER NOSTER

Pater noster, qui es in cælis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in cælo et in terra.

Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem: sed libera nos a malo.

Amen.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.

 
LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET
 
Audiencia del miércoles 29 de diciembre de 1999
 

1. El domingo pasado la liturgia puso ante nuestra mirada a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de toda familia que se deja guiar por la sorprendente acción de Dios.

En el mundo occidental la Navidad se considera la fiesta de la familia. El hecho de reunirse e intercambiarse regalos subraya el fuerte deseo de comunión recíproca y pone de relieve los valores más altos de la institución familiar. La familia se redescubre como comunión de amor entre personas, fundada en la verdad, en la caridad, en la fidelidad indisoluble de los esposos y en la acogida de la vida. A la luz de la Navidad, la familia comprende su vocación a ser una comunidad de proyectos, de solidaridad, de perdón y de fe donde la persona no pierde su identidad, sino que, aportando sus dones específicos, contribuye al crecimiento de todos. Así sucedió en la Sagrada Familia, que la fe presenta como inicio y modelo de las familias iluminadas por Cristo.

2. Oremos para que el gran jubileo, que acaba de comenzar, sea realmente una ocasión de gracia y redención para todas las familias del mundo. Ojalá que la luz de la encarnación del Verbo les ayude a comprender y a realizar mejor su vocación original, el proyecto que el Dios de la vida tiene para ellas, a fin de que lleguen a ser imagen viva de su amor.

Así, el jubileo ofrecerá la oportunidad de un tiempo de conversión y de perdón recíproco en cada familia. Será un período propicio para afianzar las relaciones de afecto en todas las familias y para volver a unir los hogares divididos. Quiera Dios que toda familia cristiana tome cada vez mayor conciencia de su alta misión en la Iglesia y en el mundo. Hoy es necesario dedicar una atención singular a la familia, especialmente a las más pobres y menos serenas; es preciso estimular y acoger la vida naciente, porque todo niño que viene al mundo es don y esperanza para todos.

3. En nuestro tiempo, en el que la familia "ha sufrido, quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura", es importante que los creyentes reafirmen con vigor que "el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad". Por eso, la Iglesia no se cansa de ofrecer "su servicio a todo hombre preocupado por los destinos del matrimonio y de la familia" (Familiaris consortio, 1).

Que el gran jubileo del año 2000 sea una ocasión para que todas las familias abran con valentía sus puertas a Cristo, único Redentor del hombre. En efecto, Cristo es la novedad que supera todas las expectativas del hombre, el criterio último para juzgar la realidad temporal y todo proyecto encaminado a humanizar cada vez más la existencia del hombre (cf. Incarnationis mysterium, 1). Con esta certeza, entremos idealmente en la casa de Nazaret y pidamos a la Sagrada Familia que proteja y bendiga a las familias del mundo, para que sean "escuela del más rico humanismo" (Gaudium et spes, 52).

A Cristo, María y José encomiendo cada familia 

Juan Pablo II, Familiaris Consortio, 86

Que Cristo Señor, Rey del universo, Rey de las familias, esté presente como en Caná, en cada hogar cristiano para dar luz, alegría, serenidad y fortaleza. A Él, en el día solemne dedicado a su Realeza, pido que cada familia sepa dar generosamente su aportación original para la venida de su Reino al mundo, «Reino de verdad y de vida, Reino de santidad y de gracia, Reino de justicia, de amor y de paz» hacia el cual está caminando la historia.

Que la Virgen María, como es Madre de la Iglesia, sea también Madre de la «Iglesia doméstica», y, gracias a su ayuda materna, cada familia cristiana pueda llegar a ser verdaderamente una «pequeña Iglesia», en la que se refleje y reviva el misterio de la Iglesia de Cristo. Sea ella, Esclava del Señor, ejemplo de acogida humilde y generosa de la voluntad de Dios; sea ella, Madre Dolorosa a los pies de la Cruz, la que alivie los sufrimientos y enjugue las lágrimas de cuantos sufren por las dificultades de sus familias.

Que San José, «hombre justo», trabajador incansable, custodio integérrimo de los tesoros a él confiados, las guarde, proteja e ilumine siempre. (Juan Pablo II - Familiaris Consortio, 86)

 

ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES

 POR INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS EL PAPA JUAN PABLO II

Oh Trinidad Santa,  te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.  Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.

Padrenuestro. Avemaría. Gloria.

Con aprobación eclesiástica

CARD. CAMILLO RUINI
Vicario General de Su Santidad
para la Diócesis de Roma


Se ruega a quienes obtengan gracias por intercesión del Siervo de Dios Juan Pablo II, las comuniquen al Postulador de la Causa, Monseñor Slawomir Oder. Vicariato di Roma. Piazza San Giovanni in Laterano 6/A  00184 ROMA . También puede enviar su testimonio  por correo electrónico a la siguiente dirección: postulazione.giovannipaoloii@vicariatusurbis.org



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