ESCUELA DE ORACIÓN DE JUAN PABLO II

"TOTUS TUUS"

ORACIÓN Y MEDITACIONES

ENCUENTRO 12 - PRIMER DOMINGO DEL MES


MATERIAL DE APOYO PARA REFLEXIONES, MEDITACIONES Y ORACIONES, PERSONALES Y/O COMUNITARIAS

Para el Suscriptor de "El Camino de María"

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«Nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas “Escuelas de Oración”» (Juan Pablo II)

La Escuela de oración de Juan Pablo II es una propuesta de meditaciones y ejercicios orientados a profundizar nuestra relación personal con Dios. Los textos presentados aquí, aunque pueden ser de ayuda para la oración individual, o bien para enriquecer la oración de distintas comunidades, están primordialmente dirigidos a los nuevos grupos de oración de Juan Pablo II. A estos grupos les proponemos un programa sencillo.

1. Vivir la oración de cada día en el espíritu del “Totus Tuus”

2. Cada semana, dedicar al menos media hora a la adoración del Santísimo Sacramento (en caso de enfermedad o dificultades – adorar la Cruz de Cristo)

3. Una vez al mes reflexionar sobre el don de la oración, mediante la lectura personal o participando en encuentros formativos de la “Escuela de oración”

4. Una vez al año hacer ejercicios espirituales, en los que se profundiza en la vida de oración; por ejemplo los organizados en la parroquia, o bien hacer la Novena a la Divina Misericordia.


La tarea más difícil es la de madurar la actitud expresada en las palabras “Totus Tuus –Soy todo Tuyo”. Es preciso, pues, asumir la diaria fatiga del trabajo sobre sí mismos, apoyándose en la adoración semanal, en la reflexión mensual y en los ejercicios espirituales anuales.

Las meditaciones y las prácticas espirituales, propuestas para cada mes, serán de gran ayuda para llevar a cabo estos compromisos. En ellas encontraremos reflexiones sobre la palabra de las Sagradas Escrituras, testimonios sobre la oración del Papa y también sus enseñanzas sobre el tema de la oración. El día indicado para esta reflexión orante y de adoración es el primer domingo de cada mes.

Para el Encuentro de este mes hemos seleccionado textos de la Catequesis del Siervo de Dios Juan Pablo II que nos ayudarán a contemplar LA ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN  MARÍA AL CIELO, Dogma de Fe proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.)

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"...Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios Omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra:

Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue Asunta en cuerpo y alma a la gloria del Cielo..."

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La Solemnidad de la Asunción de Santa María Virgen es una memoria de la Madre del Señor, compendio y síntesis de muchas verdades de la fe. La Virgen Asunta al Cielo:

-Aparece como "el fruto más excelso de la Redención", testimonio supremo de la amplitud y la eficacia de la obra salvífica de Cristo (significado soteriológico);

-Constituye la prenda de la participación futura de todos los miembros del Cuerpo místico en la gloria pascual del Resucitado (aspecto cristológico);

-Es para todos los hombres "la imagen y la consoladora prenda del cumplimiento de la esperanza final; pues dicha glorificación plena es el destino de aquellos que Cristo ha hecho hermanos, teniendo "en común con ellos la carne y la sangre" (Heb 2, 14; cfr. Gal 4, 4)" (aspecto antropológico);

-Es la imagen escatológica de lo que la Iglesia "desea y espera llegar a ser" (aspecto eclesiológico);

-Es la garantía de la fidelidad del Señor a Su promesa: reserva una recompensa espléndida a María Santísima por su adhesión fiel al plan divino, esto es, un destino de plenitud y bienaventuranza, de glorificación del alma inmaculada y del cuerpo virginal, de perfecta configuración con el Hijo Resucitado (aspecto mariológico).

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"...La Solemnidad de la Asunción de María Santísima nos recuerda cuál es nuestra morada verdadera y definitiva: el paraíso. Como subraya la carta a los Hebreos, "no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro" (Hb 13, 14). En el misterio de la Asunción de María se revela claramente el destino de toda criatura humana:  la victoria sobre la muerte para vivir eternamente con Dios. María es la mujer perfecta en la que se cumple desde ahora este designio divino, como prenda de nuestra resurrección. Es el primer fruto de la Misericordia divina, porque es la primera partícipe en el pacto salvífico sancionado y realizado plenamente en Cristo, muerto y resucitado por nosotros..." (Ángelus. Domingo 15 de agosto de 2002).  

"..Hoy la Iglesia está de fiesta porque celebra la gloriosa Asunción al Cielo de María Santísima. Desde siempre el pueblo de Dios, guiado por la Revelación, cree que la Madre de Cristo fue asociada a la victoria de su Hijo sobre la muerte y la venera llevada en cuerpo y alma a la gloria. María, elegida por Dios como sede purísima para "habitar" en medio de los hombres, al concluir su existencia terrena, fue acogida inmediatamente en el Cielo. Por eso, la comunidad cristiana, con un célebre himno, canta alegre sus alabanzas y la invoca así:  "Dios te salve, poderoso apoyo de nuestra fe. Dios te salve, estandarte esplendoroso de gracia... Dios te salve, llave del reino de Cristo. Dios te salve, esperanza de eternos tesoros... Dios te salve, por Ti exultan los cielos, juntamente con la tierra. Dios te salve, por Ti exulta la tierra juntamente con los cielos" (Himno Akáthistos) . (Ángelus. 15 de agosto de 2000).

Para concluir  la primera parte del Encuentro de este mes, recitemos la Oración que Juan Pablo II le dirigió a María Santísima en el Santuario de Lourdes el 14 de agosto de 2004.

¡DIOS TE SALVE, MARÍA!

¡Ave María, Mujer humilde,
bendecida por el Altísimo!
Virgen de la esperanza, profecía de tiempos nuevos,
nosotros nos unimos a tu cántico de alabanza
para celebrar las misericordias del Señor,
para anunciar la venida del Reino
y la plena liberación del hombre.

¡Ave María, humilde sierva del Señor,
gloriosa Madre de Cristo!
Virgen fiel, morada santa del Verbo,
enséñanos a perseverar en la escucha de la Palabra,
a ser dóciles a la voz del Espíritu Santo,
atentos a sus llamados en la intimidad de la conciencia
y a sus manifestaciones en los acontecimientos de la historia.

¡Ave María, Mujer de dolor,
Madre de los vivos!
Virgen Esposa ante la Cruz, Eva nueva,
sed nuestra guía por los caminos del mundo,
enséñanos a vivir y a difundir el amor de Cristo,
a detenernos contigo ante las innumerables cruces
en las que tu Hijo aún está crucificado.

¡Ave María, Mujer de fe,
primera entre los discípulos!
Virgen Madre de la Iglesia, ayúdanos a dar siempre
razón de la esperanza que habita en nosotros,
confiando en la bondad del hombre y en el Amor del Padre.
Enséñanos a construir el mundo desde adentro:
en la profundidad del silencio y de la oración,
en la alegría del amor fraterno,
en la fecundidad insustituible de la Cruz.

Santa María, Madre de los creyentes,
Nuestra Señora de Lourdes,
ruega por nosotros.

ALEGRÉMONOS POR LA ETERNA GLORIA DE LA MADRE DE CRISTO Y MADRE NUESTRA

Ángelus. 15 de agosto de 1980

Hoy queremos colmar nuestra plegaria común del Angelus con la expresión de una veneración y de un amor especiales hacia María Santísima. Es, en efecto, la fiesta de su Asunción al Cielo. La que concibió en su seno virginal y trajo al mundo al Hijo de Dios, Verbo Eterno, experimenta hoy la perfecta glorificación del alma y del cuerpo en el Tabernáculo de la Santísima Trinidad. Y nuestros corazones, como siempre, también hoy, pero hoy más que nunca, se dirigen a Ella con toda la sencillez y la confianza de los niños. ¡Alegrémonos por la eterna gloria de la Madre de Cristo y Madre nuestra!
  
En el Evangelio de la festividad de hoy vemos a María cuando, después de la Anunciación, llena del Espíritu Santo y llena del misterio que se había realizado en Su Seno por obra de ese mismo Espíritu, entra en casa de Zacarías. Traspasa el umbral de la casa de una familia que le es muy cercana por espíritu y por parentesco. Y ya en el umbral, recibe el saludo de Isabel la cual exalta su fe: "Bienaventurada Tú que has creído" (cf. Lc 1, 45). Y saluda a María con las mismas palabras con que ahora la saludamos todos constantemente cuando rezamos el "Ave María".
 
María traspasa el umbral de una casa, entra en el círculo de una familia... ¡Cómo nos enlaza ese acontecimiento con el asunto para el que se prepara el Episcopado del mundo entero en relación con el Sínodo de los Obispos de este año! El tema del Sínodo "Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo" dirige nuestra atención hacia todas las familias que viven en el mundo contemporáneo, hacia las familias a las que es enviada la Iglesia y a través de las cuales desea cumplir su misión.
 
Pensemos en las grandes tareas de la familia, ligadas a la transmisión de la vida y a la gran obra de la educación del nuevo hombre. Pensemos en las alegrías, pero también en las fatigas de ese amor, sobre el cual se construye la vida de los cónyuges y de las familias. Pensemos también en los sufrimientos, en las crisis, en los dramas que a veces acompañan la vida familiar... 
    
Por eso invitamos a María a traspasar el umbral de todas las familias, igual que, en un tiempo, traspasó el de la casa de Zacarías. Le rogamos que lleve a todos el mismo mensaje de fe materna y de amor..."

ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO


                   “Mane nobiscum, Domine!”
 
Como los dos discípulos del Evangelio, te imploramos, Señor Jesús, ¡quédate con nosotros! 

Tú, divino Caminante, experto de nuestras calzadas y conocedor de nuestro corazón, no nos dejes prisioneros de las sombras de la noche.

Ampáranos en el cansancio, perdona nuestros pecados, orienta nuestros pasos por la vía del bien.

Bendice a los niños, a los jóvenes, a los ancianos, a las familias y particularmente a los enfermos. Bendice a los sacerdotes y a las personas consagradas. Bendice a toda la humanidad.

En la Eucaristía te has hecho “remedio de inmortalidad”: danos el gusto de una vida plena, que nos ayude a caminar sobre esta tierra como peregrinos seguros y alegres, mirando siempre hacia la meta de la vida sin fin.

Quédate con nosotros, Señor! Quédate con nosotros! Amén.
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CONFERENCIA Y ENCUENTROS EN GRUPO “PADRE NUESTRO”

Reanudando la reflexión sobre la Oración del Señor, hoy utilizaremos la ORACIÓN PARA LA CELEBRACIÓN DEL GRAN JUBILEO DEL AÑO 2000.

DIOS, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA, PADRE DE JESÚS Y PADRE NUESTRO
 
Bendito seas Señor, Padre que estás en el Cielo, porque en tu infinita Misericordia te has inclinado sobre la miseria del hombre y nos has dado a Jesús, tu Hijo, nacido de mujer, nuestro Salvador y Amigo, Hermano y Redentor. Gracias, Padre Bueno, por el don del Año jubilar; haz que sea un tiempo favorable, el año del gran retorno a la casa paterna, donde Tú, lleno de Amor, esperas a tus hijos descarriados para darles el abrazo del perdón y sentarlos a tu mesa, vestidos con el traje de fiesta.
 
¡A Ti, Padre, nuestra alabanza por siempre!
 
Padre clemente, que en este año se fortalezca nuestro amor a Ti y al prójimo: que los discípulos de Cristo promuevan la justicia y la paz; se anuncie a los pobres la Buena Nueva y que la Madre Iglesia haga sentir su amor de predilección a los pequeños y marginados.
 
¡A Ti, Padre, nuestra alabanza por siempre!
 
Padre justo, que este año sea una ocasión propicia para que todos los católicos descubran el gozo de vivir en la escucha de tu palabra, abandonándose a tu Voluntad; que experimenten el valor de la comunión fraterna partiendo juntos el pan y alabándote con himnos y cánticos espirituales.
 
¡A Ti, Padre, nuestra alabanza por siempre!
 
Padre Misericordioso, que este año sea un tiempo de apertura, de diálogo y de encuentro con todos los que creen en Cristo y con los miembros de otras religiones: en tu inmenso Amor, muestra generosamente tu Misericordia con todos.
 
¡A Ti, Padre, nuestra alabanza por siempre!
 
Padre omnipotente, haz que todos tus hijos sientan que en su caminar hacia Ti, meta última del hombre, los acompaña bondadosamente la Virgen María, icono del amor puro, elegida por Ti para ser Madre de Cristo y de la Iglesia.
 
¡A Ti, Padre, nuestra alabanza por siempre!
 
Padre de la vida, principio sin principio, suma bondad y eterna luz, con el Hijo y el Espíritu, honor y gloria, alabanza y gratitud por los siglos sin fin. Amén.

Llenos del Espíritu Santo oremos a nuestro Padre en el Cielo:

 

PATER NOSTER

Pater noster, qui es in cælis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in cælo et in terra.

Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem: sed libera nos a malo.

Amen.

Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu Voluntad, en la tierra como en el Cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.



ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES

 POR INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS EL PAPA JUAN PABLO II

Oh Trinidad Santa,  Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de Amor. Él, confiando totalmente en Tu infinita Misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.  Concédenos, por su intercesión, y si es Tu Voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos. Padrenuestro. Avemaría. Gloria.


Se ruega a quienes obtengan gracias por intercesión del Siervo de Dios Juan Pablo II, las comuniquen al Postulador de la Causa, Monseñor Slawomir Oder. Vicariato di Roma. Piazza San Giovanni in Laterano 6/A  00184 ROMA . También puede enviar su testimonio  por correo electrónico a la siguiente dirección: postulazione.giovannipaoloii@vicariatusurbis.org


 

Querido suscriptor de "El Camino de María"

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Le invitamos a leer en nuestro sitio www.SantoRosario.info el texto completo del e-Curso LAS 7 ALEGRÍAS DE MARÍA SANTÍSIMA que hemos terminado de redactar y diseñar el 16 de Julio de 2007, festividad de NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN.

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